miércoles, 20 de septiembre de 2017

Hoy, en cada pueblo hay un hermano migrante

La Rioja - Catamarca - En este último año y medio que me toco llevar adelante la dirección de la Delegación de Migraciones en las provincias de La Rioja y Catamarca, recorrimos junto a los Supervisores e Inspectores del organismo innumerables rincones del amplio territorio que nos compete.
Nuestra Delegación abarca dos extensas provincias argentinas, pero con la particularidad de una escasa población local (alrededor de 800.000 habitantes en total) distribuida en todo este vasto territorio dentro de la Región del NOA.
En este corto plazo de tiempo, nos desplazamos miles de kilómetros cumpliendo nuestro rol de control y notificaciones de trámites migratorios, pero también llevamos el conocimiento a la ciudadanía en general sobre la vigencia de la Ley Nacional de Migraciones 25.871 y a la toma de conciencia sobre la necesidad de mantener en condiciones la documentación personal para el egreso del país principalmente.
Por esta razón por primera vez en la historia de nuestra joven Delegación visitamos el extremo norte del territorio como las poblaciones catamarqueñas de Hualfín y Santa María al límite con la provincia de Tucumán, también nos hicimos presentes en la región de la Ciudad de Recreo al este, límite con la provincia de Santiago del Estero. Seguimos cumpliendo nuestro trabajo en el extremo sur, llegando a las localidades riojanas de Portezuelo y Ulapes, lindantes con las provincias de San Juan y San Luis, como finalmente arribamos con controles exhaustivos a las poblaciones limítrofes a la pre cordillera como Villa Castelli, Vinchina, Tinogasta y Fiambalá.
Todos estos viajes fueron de un gran esfuerzo del Personal Migratorio, pero sirvieron para cumplir con los operativos de Control de Permanencia, notificaciones en domicilio de documentaciones adeudadas y complementariamente, tener en muchos casos un primer contacto con los medios de comunicación locales (FM, canales de TV, prensa escrita, etc.), con autoridades de fuerzas de seguridad (Policías Provinciales, Gendarmería) con autoridades departamentales (Intendentes, Diputados y Concejales) y con actores sociales estratégicos para nosotros (referentes de colectividades, empresarios, centros vecinales, autoridades religiosas, referentes culturales y educativas, etc.).
Todo este trabajo territorial que se profundizó en el último año y medio, nos permitió ampliar nuestra mirada y conocimiento de la realidad, no quedarnos con las visitas obligadas solamente a las capitales provinciales o grandes ciudades del interior como se autorizaba anteriormente desde el año 2.006.
Encontrar una familia boliviana en Malanzán, colombianos en Belén, chinos en Olta, alemanes en Los Palacios, centroamericanos en Huillapima, africanos en Nonogasta y así podría seguir la lista en Guandacol, Estación Mazán, Pomán, Chañar, Patquia, San Blas de Los Sauces o Icaño; fue de una enorme importancia para la institución.
Si bien el último Censo Nacional 2.010 daba para La Rioja 3.206 y para Catamarca 1.563 personas nacidas en otros países, estos números podrían hoy en día duplicarse. Lo que significarían hipotéticamente un poco más del 1 % de la población total de ambas provincias, un porcentaje muy bajo si comparamos con otras regiones del país u otra etapa de nuestra historia nacional (llegamos a tener el 33 % nacida en el exterior un siglo atrás).
Ha veces la percepción de nuestros comprovincianos se torna engañosa, al no estar acostumbrados al arribo de personas con otras fisonomías corporales, otras costumbres alimentarias, religiosas o vestuarios; les crea la idea que la comunidad migrante extranjera es mucho mayor. Ésta interpretación también se ve favorecida cuando hijos y nietos de migrantes, a pesar de ser nacidos en esta parte del mundo, preservan las tradiciones culturales de sus antepasados y mantienen fuertes vínculos comunitarios entre sí.
Pasaron 100 años de la llegada de la última ola migratoria significativa en la región, principalmente provenientes de Medio Oriente y su Imperio Turco Otomano en crisis. Hoy la globalización, los modernos medios de transporte, la apertura de nuestros pasos internacionales y nuestra incorporación económica al mundo nos debe esforzar en cambiar nuestra mirada entendiendo que la diversidad nos enriquece como sociedad, y como decía un paisano "La Rioja y Catamarca ya nunca más serán aldeas alejadas de todo".
Los medios de comunicación y la tecnología han empequeñecido el planeta, somos todos ciudadanos sin fronteras y alguna vez, todos también fuimos migrantes en nuestras vidas. Por eso, cuando encontremos familias de extranjeros en cada rincón y pueblos pequeños de nuestras provincias, no juzguemos negativamente desde nuestros prejuicios; son hermanos que buscan trabajo, felicidad y un futuro digno para sus hijos, como cualquiera de nosotros.-
JUAN RUBÉN DIAZ
Jefe Delegación Nacional de Migraciones
La Rioja - Catamarca
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